- Dra. Cristina Hernandez Ozuna
- 19 nov 2024
- 2 Min. de lectura

La microbiota es un universo microscópico que vive dentro de ti. Se trata de un conjunto de microorganismos, como bacterias, virus y hongos, que habitan principalmente en tu intestino, aunque también están presentes en otras partes de tu cuerpo, como la piel, la boca y el tracto respiratorio. Lo sorprendente es que estos pequeños seres no son enemigos, sino aliados que trabajan para mantenerte saludable.
El equilibrio es la clave
Imagina que tu microbiota es como un jardín: hay plantas buenas (las bacterias beneficiosas) y algunas malas (los microorganismos que pueden causar enfermedades). Para que el jardín florezca, debe haber equilibrio. Cuando las bacterias buenas están en cantidad adecuada, ayudan a evitar que las malas tomen el control.
Si este equilibrio se rompe —por una dieta poco saludable, el uso excesivo de antibióticos, estrés o falta de sueño—, pueden aparecer problemas como hinchazón, estreñimiento, diarrea e incluso enfermedades como diabetes, obesidad y depresión.
¿Cómo trabaja tu microbiota para cuidarte?
Tu microbiota intestinal tiene un papel clave en varios procesos del cuerpo:
Mejora tu digestión: Ayuda a descomponer los alimentos que comes para que aproveches mejor los nutrientes.
Fortalece tus defensas: Entrena tu sistema inmunológico para defenderte de virus y bacterias dañinas.
Produce vitaminas: Algunas bacterias producen vitaminas importantes como la vitamina K y algunas del complejo B.
Influye en tu estado de ánimo: ¿Sabías que la microbiota puede afectar cómo te sientes? A través de la producción de sustancias químicas, como la serotonina, puede impactar en tu felicidad y bienestar.
¿Cómo cuidar de tu microbiota?
Mantener una microbiota saludable no es complicado, pero sí requiere constancia. Aquí te damos algunos consejos:
Come más fibra: Alimentos como frutas, verduras, legumbres y granos integrales son la comida favorita de las bacterias buenas.
Incorpora alimentos fermentados: Yogur, kéfir, kimchi y chucrut son ricos en probióticos, microorganismos que refuerzan tu microbiota.
Evita los ultraprocesados: Este tipo de alimentos desequilibra tu microbiota al alimentar a las bacterias malas.
Hidrátate: Un buen consumo de agua ayuda al tránsito intestinal y al buen funcionamiento del intestino.
Muévete: El ejercicio regular contribuye al equilibrio de tu microbiota.
Duerme bien y controla el estrés: Dormir suficiente y mantener niveles bajos de estrés son claves para una microbiota equilibrada.
¿Qué hacer si tienes problemas digestivos?
Si sufres de hinchazón, dolor abdominal o cambios en tus hábitos intestinales, puede ser una señal de que tu microbiota necesita ayuda. En ese caso, acude a un profesional de la salud para una evaluación.
Cuidar tu microbiota es cuidar tu salud
Darle atención a este ecosistema interno puede mejorar no solo tu digestión, sino tu salud en general. Recuerda que pequeñas acciones en tu día a día pueden marcar una gran diferencia en el equilibrio de tu microbiota y, por lo tanto, en cómo te sientes.
Tu cuerpo y tu microbiota te lo agradecerán. 😊